Una vez superada la prueba de la llamada nos sobreviene la próxima preocupación
Leo y Miguel soltaron las cadenas del techo, permitiendo que Fran la inclinase cara delante. De esta manera Julia se quedó a 4 patas. Estaba segura que si no fuera por la pelota de su boca, ya habría perdido la cuenta de las pollas que habrían pasado por su garganta. Sigue leyendo