Una de ellas es mimar con la mano los testículos mientras que se practica la felación
De ahí, la ociosidad que devora los días; puesto que los excesos en el amor exigen al unísono descanso y comidas reparadoras. De ahí, el odio a todo trabajo, que fuerza a esas gentes a buscar formas expeditas de conseguir dinero. Sigue leyendo